1. Entró en el convento con solo 12 años
Miquel Argemir i Mitjà, más conocido como Sant Miquel dels Sants, nació en Vic el 29 de septiembre de 1591. Desde muy pequeño mostró una sensibilidad espiritual extraordinaria. Con solo 12 años, dejó su casa familiar para ingresar en el convento de los Trinitaris Descalços de Barcelona. Tuvo que superar la oposición de su familia, especialmente por su corta edad, pero su vocación era tan clara y persistente que finalmente fue admitido como novicio.
2. Hizo los votos solemnes a los 15 años
Tras un periodo de formación e itinerancia entre varios conventos (entre ellos, Madrid, Salamanca y Valladolid), Miquel hizo la profesión solemne como religioso trinitario a los 15 años, un hecho poco común para esa edad. Escogió el nombre de Miquel dels Sants, en honor a su patrón y como señal de un compromiso total con la vida religiosa. En aquellos años, los Trinitaris Descalços vivían con gran austeridad y dedicación a los pobres, lo cual marcó profundamente su espiritualidad.
3. Su vida fue una oración continua
Sant Miquel se distinguía por una vida de oración intensa y constante. A pesar de las tareas diarias del convento, aprovechaba cada momento para rezar, contemplar o meditar. Su devoción al Santíssim Sagrament era profunda y pasaba largas horas ante el sagrario. Sus compañeros daban testimonio de éxtasis frecuentes y de su capacidad para transformar las acciones cotidianas en actos de amor a Déu. Su vida era, como decían, “una misa perpetua”.
4. Murió muy joven, pero con fama de santidad
Aunque vivió solo 33 años, la misma edad que Jesucrist, Sant Miquel dejó una huella profunda en todos los que lo conocieron. Murió en Valladolid en 1625 tras sufrir una larga enfermedad con gran paciencia y fe. El pueblo lo consideró sant desde el mismo momento de su muerte, y pronto comenzaron a difundirse relatos de miracles por su intercesión. Fue beatificat en 1779 y canonitzat por el papa Pius IX en 1862.
5. Es patrón de la ciudad de Vic
Su ciudad natal, Vic, lo honra como patró y modelo de vida cristiana. Su culte se mantiene vivo, especialmente en el convento de los Trinitaris y en el templo que lleva su nombre. Cada 5 de julio, día de su festivitat, Vic celebra diversos actos litúrgicos y populares en su honor. Además, su figura forma parte del patrimoni espiritual y cultural català, y es un símbolo de lo que puede llegar a ser una vida vivida plenamente en la fe.
Coincidiendo con los 400 años de su muerte (1625–2025), desde Albada publicamos por primera vez en catalán su obra más significativa: “Breu tractat de la tranquil·litat de l’ànima”. Esta rigurosa edición crítica, a cargo de Abel Miró i Comas, incluye un estudio detallado, notas y comentarios que ayudan a comprender mejor el mensaje de Miquel dels Sants y situarlo en su contexto histórico y filosófico.
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